Real Zaragoza | Entrevista a Galletti, el héroe zaragocista que acabó con los Galácticos del Real Madrid
En Zaragoza nadie se olvida de Luciano Martín Galletti. El exfutbolista argentino fue el protagonista de una de las últimas noches de gloria que vivió la afición blanquilla. Un 17 de marzo de 2004, hace justo 20 años, el extremo anotaba el gol del triunfo en la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid de los Galácticos. Hoy, en una fecha muy especial, habla con SPORT sobre todo lo que ocurrió aquel día y cómo ve a un club que lleva en el corazón.
Han pasado 20 años desde aquel famoso gol, ¿qué sientes cuándo miras hacia atrás?
Fue una noche histórica. Conseguir ese título fue espectacular. El campo estaba lleno de gente del Zaragoza. Ya desde el día anterior en el hotel se notaba un ambiente increíble.
¿Eres consciente que aquel gol le dio al Real Zaragoza su último título junto a la posterior Supercopa? ¿Te sientes historia del club?
Yo siempre decía que el título se valoraría más con el paso del tiempo, pero no esperaba que el Zaragoza estuviera tanto tiempo en Segunda. Aquel título fue muy importante para nosotros, con un equipo de jugadores jóvenes y algunos veteranos que aconsejaban siempre. El ambiente en el equipo era espectacular. Cada vez que voy a Zaragoza todo el mundo me saluda y es todo gracias a ese gol.
El fin de los Galácticos
Hablemos de aquel partido. Enfrente estaban los Galácticos, que aspiraban al triplete en aquel entonces…
En el vestuario decíamos que era un partido dificilísimo y que tendríamos que hacer un partido perfecto. Sabíamos que haciendo nuestro partido tendríamos oportunidad. Nos mentalizamos y trabajamos duro en todas las líneas. Nos repusimos al gol inicial y el empate y fue muy difícil llevar el partido a la prórroga, pero teníamos claro que lo podíamos lograr.
Algunos dicen que eres el hombre que acabó con los Galácticos. Tras tu gol, ese equipo se derrumbó por completo. ¿Te sientes así?
No, fue el equipo, el Real Zaragoza. Sin la ayuda de todos hubiera sido imposible. Sabíamos que teníamos que trabajar juntos y fuimos todos a una, juntos. Los que jugaron, los suplentes, el staff…
¿En qué momento de la final os dais cuenta de que podéis ganarla?
En muchos momentos pensábamos que lo ganábamos y en otros que no. Cuando nos hicieron el primer gol fue difícil y cuando nos empataron y nos expulsaron a un jugador también, pero eso no nos achicó, fuimos a buscar el partido. Después del tercer gol, cuando el Madrid se vuelca con todo, aguantamos bien pese a la dimensión del rival. Fue clave la grada, con toda la gente.
¿Cómo te enteraste de que no serías titular en la final?
En la charla técnica. Vi el equipo y yo no estaba, jugaba Cani. Siempre tuve una gran relación con él y traté de disimular mi enfado porque me alegraba él y quería que todo fuera bien, pero estaba… Terrible, estaba muy enfadado. Me acordé de Yordi, que en la Copa anterior entró desde el banquillo y la definió y pensé que podía hacer lo mismo. Empezó mal la noche pero terminó increíble.
¿Qué pensabas viendo el partido desde el banquillo?
Me quería comer el césped. Sobre todo porque venía jugando habitualmente y no me esperaba ser suplente, me sorprendió. Cani y yo jugábamos en la misma posición y por momentos se decía que podíamos jugar juntos, creo que podríamos haberlo hecho en esa final. Siempre uno espera entrar al campo y darlo todo y me tocó de esa manera.
Movilla empieza a conducir hacia portería y usted se queda detrás, dándole espacio, ¿qué se te pasó por la cabeza?
De tantas veces que la he visto parece que en algún momento no va a entrar (risas). Sabíamos que esa pelota se movía mucho. Le pegué con el empeine y un poco de exterior, para que la pelota hiciera ese movimiento. En la tele no lo parece, pero la pelota salió rapidísima. Yo sabía que Movilla me la iba a dejar y marqué un gol desde esa posición muy parecido contra el Valladolid. Con esa pelota, no tenía dudas que iba a golpear y fue un disparo muy fuerte. Al estar con un jugador menos, nos faltaba llegar al área y teníamos que buscar remates lejanos. Ese era mi momento. Luego tuvimos que aguantar, César Lainez hizo un paradón, ese partido no terminaba nunca…
¿Por qué esa celebración? Te quitaste la camiseta, haciendo ‘eses’, la mano en la oreja…
¡No sabía qué hacer! (risas) Venían todos mis compañeros detrás, los periodistas…
¿Sentiste que era tu momento? Recordó un poco a la mítica celebración de Esnaider en la final de la Recopa.
Sí, todo lo que había pasado de no salir titular, entrar y estar con un jugador menos, todo se acumula. Fue una explosión y me salió así. Muchos decían que pensábamos que era gol de oro por la celebración, para nada. Era un 3-2, en la segunda parte de la prórroga, con ese rival, estaban todos los condimentos.
También fuiste clave forzando la expulsión de Guti. ¿Lo buscaste sabiendo que tenía amarilla?
Sabíamos que tras la expulsión de Cani, que no hizo una falta grave, podíamos provocar alguna expulsión suya. Lo buscamos, cuando le encaro y veo que me voy con la pelota, veo que me va a golpear. Fue importante porque con un jugador menos todo el rato iba a ser importante.
Aquel Zaragoza era un equipazo.
Lo era. El partido de Gaby Milito fue espectacular. Sentíamos que teníamos un equipo muy bueno. Lamentablemente, se desarmó un poco con ventas de jugadores, pero en ese momento sentíamos que teníamos posibilidades de ganar al Real Madrid.
Había jugadores de la talla de Savio. Muchos zaragocistas recuerdan ese equipo con vosotros dos en las bandas.
Savio nos daba experiencia y esa calidad que necesitábamos. Sabíamos que si en un momento del partido lo necesitábamos, él iba a aguantar el balón. Ese equipo era muy bueno. Los argentinos, los brasileños, los españoles… Hacíamos muy buen grupo.
Gaby Milito, ¿futuro entrenador del Real Zaragoza?
¿Ayudó estar con uno de tus mejores amigos, como Gaby Milito?
Siempre digo que Gaby fue mi capitán. Aquel año el brazalete lo llevaban otros como Cuartero, pero Gaby dentro de la cancha era el líder. Me conocía muy bien. Él recibía el balón y sabía que me la podía dar en largo. Ese partido fue muy importante para él, después de no fichar por el Madrid.
Ahora se especula con que Gaby vuelva al Zaragoza en algún momento, pero como entrenador. Tú que le conoces bien, ¿le ves ahí en un futuro?
Esperemos que sí. Es un entrenador muy bueno, que hace jugar muy bien a su equipo. Sé su personalidad y lo que quiere a Zaragoza y al Zaragoza. Sus caminos tendrán que cruzarse. No tengo ninguna duda de eso. No sé cuándo, pero se cruzarán.
Y a Galletti, que sigue vinculado al mundo del fútbol como representante, ¿le gustaría tener algún rol en el Zaragoza en un futuro?
Siempre estaré a disposición de este club. Siempre me han recibido muy bien. En Zaragoza pasé años fantásticos, aunque algunos también duros como el descenso. Tengo mucho cariño por el club y estoy muy agradecido. Siempre estaré a disposición para todo lo que necesite este club.
La afición del Zaragoza siempre ha sido exigente, pero también recompensa a los jugadores que lo dan todo y tú tienes un sitio especial en la memoria de todos.
Siempre recuerdo mi última temporada, con los rumores sobre mi renovación y el interés del Atlético de Madrid. La grada gritaba “Galletti quédate”. Yo no jugaba, entraba en la segunda parte y cada vez que salía, daba una asistencia o hacía una jugada, siempre me trataban de manera especial. Fueron años muy intensos.
¿Te hubiera gustado quedarte más tiempo en el Zaragoza?
Sí, me hubiera gustado quedarme más. Me había comprado una casa en Zaragoza, siempre convencido de que iba a seguir, pero las decisiones del club no siempre son las que uno quiere. Las cosas se dieron así, pero a mí me hubiera gustado seguir. Habíamos conseguido títulos, el grupo tenía mucho más.
¿Sigues teniendo relación con alguien de ese grupo?
Sí, tengo relación con Cani, Milito, Toledo… Siempre que voy a Zaragoza intento ver a la gente y la verdad que es muy lindo.
¿Sientes que hay algún tipo de vínculo especial entre Argentina y el Real Zaragoza?
Sí, han pasado muchos y muchos son ídolos en Zaragoza. El otro día incluso lo hablaba con Juan Esnaider. Todos tienen un gran recuerdo de Zaragoza, en diferentes épocas. Siempre sentí que hay una relación especial entre el club y los argentinos.
¿Te duele ver al Zaragoza en la situación actual?
Me duele mucho. Con la cantidad de gente que tiene el club detrás, este equipo merece estar en Primera. Esperemos que sea pronto, aunque llevamos muchos años en Segunda.
Ahora vuelve Víctor Fernández, un hombre de la casa. ¿Qué te parece la decisión?
Es bueno que la gente que conoce bien el club esté dentro. Especialmente para que la afición acompañe y se sienta identificada. Esperemos que le vaya bien y que el Zaragoza vuelva a Primera División, que es a la categoría que pertenece y la ilusión de todos nosotros. Lo impresionante que es La Romareda…
¿Tienes ganas de ese homenaje en La Romareda por la Copa del Rey?
Sí, por supuesto. Verse con los compañeros, amigos, con la afición… Va a ser muy lindo. Ojalá fuera con el equipo en una mejor dinámica y posición. Me hubiera gustado que fuera con el Zaragoza en Primera. Ojalá pasemos un gran domingo y que el equipo gane al Espanyol.
Un vínculo especial
¿El Zaragoza ha sido el equipo que más te ha marcado?
Yo soy hincha de Estudiantes. Debutar y jugar allí fue un sueño, pero tuve otros dos equipos que me quieren mucho como Zaragoza y Olympiakos. Zaragoza fue tan importante para que yo llegara a Europa, la acogida que me dieron, conseguir títulos. No te imaginas el cariño que le tengo al equipo.
Tuviste que retirarte antes de tiempo por un virus que afectó a tus riñones. ¿Cómo viviste todo aquello?
Venía de jugar tres veces a la semana con Olympiakos, de ganar y jugar bien y de un día para otro me hice un análisis y me descubrieron esto. Estuve un tiempo encerrado en el hospital. Fue duro. Al tiempo me hicieron un trasplante de riñón y el donante fue mi padre. Me quedé con la espina de terminar jugando con Estudiantes para cerrar el círculo sobre el césped, pero no se dio.
¿Cuáles son los sueños de Galletti ahora?
Estar con mi familia y con mis hijas. Viajar y seguir ligado al fútbol. Creo que en el fútbol conseguí más de lo que había soñado. Quiero disfrutar con los míos.