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¿Por qué Giséle Pélicot, la mujer violada por más de 50 hombres muestra su rostro y los acusados no?

Existen muchas dudas en el mediático juicio que se sigue en Francia sobre el caso Giséle Pélicot, la mujer que fue violada por más de 50 hombres durante nueve años, entre 2011 y 2020, con el consentimiento de su esposo que la drogaba para ser abusada sexualmente. Uno de estas preguntas que más se hace la opinión pública es ¿Por qué la víctima muestra la cara durante los juicios y se oculta el rostro de los acusados?

Hay que recordar que Pélicot declaró en su primera audiencia que la Policía le salvó la vida al investigar el ordenador del señor “P”, como describe ahora a su marido, del que está en proceso de divorciarse. Ella señaló que se enteró de las violaciones de las que era víctima al ser notificada por la Policía, después que hallaran en los dispositivos electrónicos del marido más de 2,000 fotos y vídeos del abuso que sufría.

Giséle Pélicot fue violada por más de 50 hombres durante nueve años. Créditos: AFP

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Leyes en Francia protegen a víctimas y acusados

Dejando en claro que si no hubiera sido por la intervención de las autoridades ella jamás se hubiera enterado de lo que le ocurría, por ello tomó la decisión de que el juicio no fuera a puerta cerrada “para que ninguna mujer más tenga que soportar la sumisión química”, declaró la mujer.

Sin embargo, su decisión de permitir que su imagen sea visible durante el juicio, no ha podido extenderse a los 51 acusados, entre los que se incluye su marido. Aunque las cámaras pudieron captar las imágenes previas al inicio del juicio, las caras de los acusados permanecen protegidas por la ley francesa.

Esta normativa impide que se graben o difundan imágenes de los procesados mientras no haya una sentencia firme. Los acusados ingresan al tribunal por una puerta diferente, lejos de las cámaras, protegidos por una ley que, incluso tras recientes reformas, sigue siendo muy estricta.

Hasta abril de 2022, estaba totalmente prohibido grabar los juicios en Francia. Fue hasta la aprobación de una nueva ley cuando se abrió la posibilidad de registrar audiovisualmente algunos procesos, pero bajo reglas sumamente restrictivas.

Incluso ahora, las imágenes capturadas durante un juicio no pueden ser difundidas hasta que el caso se haya cerrado y siempre con el consentimiento de todas las partes implicadas. El respeto a la vida privada, la presunción de inocencia y el derecho al olvido son fundamentales de esta disposición legal.

Los periodistas que cubren el juicio de Gisèle Pélicot solo pueden transcribir lo que ven y oyen en la sala, ya que no se permiten grabaciones una vez comenzada la sesión. Las únicas imágenes que se han difundido provienen de esbozos realizados por dibujantes. Las cámaras y teléfonos móviles deben apagarse durante el desarrollo del proceso, y cualquier intento de captar imágenes dentro de la sala está estrictamente prohibido.

Para grabar un juicio es necesario contar con el consentimiento explícito de las partes y las imágenes solo pueden ser publicadas tras la resolución definitiva del caso. Incluso entonces, los acusados siguen protegidos por algunos derechos, como el derecho al olvido y la presunción de inocencia, que les permite mantener su anonimato hasta que se dicte sentencia.

Fuente heraldodemexico.com.mx

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