Los dragones de «El problema de los 3 cuerpos»
Para bien o para mal los creadores de Juego de Tronos ya tienen nueva serie. Después de haber sido machacados por una parte del fandom, David Benioff y D. B Weiss se han lanzado al ruedo con otra saga literaria de culto, esta vez nacida de la pluma del escritor chino Liu Cixin. De las guerras entre los siete reinos, con El problema de los 3 cuerpos saltamos a una historia sobre una invasión extraterrestre. Y encima se pasan de HBO a la competencia, a Netflix. Una operación de triple salto mortal con voltereta y tirabuzón en la que ya sabíamos que una parte del público iba a estar esperándola con la escopeta cargada.
Por un lado, tenemos a los seguidores de los libros dispuestos a rasgarse las vestiduras ante cualquier desvío sobre lo que está escrito y dispuestos a ser implacables ante licencias creativas. Por otro lado, tenemos a todos aquellos que renegaban del final de Juego de Tronos y que, se haga lo que haga, están dispuestos a seguir criticando y a no pasar ni una, ya que, si la serie es un éxito, para ellos la cosa vendría a ser algo así como el blanqueo de aquel polémico giro. Luego están aquellos que se les hace bola subirse al barco, porque piensan que nada estará a la altura de la saga de los Stark, los Lannister y compañía. Por el camino, a la pareja de showrunners ya se les había frustrado un contrato para hacer algo con la saga Star Wars, franquicia galáctica en la que (modo ironía on) como todo el mundo no hay haters. En mi caso, ni conozco aún los libros, supongo que en algún momento de los próximos meses me los acabaré leyendo, y soy defensor del final de la adaptación televisiva de los libros de George R. R.Martin, por lo que la nueva adaptación de la pareja de showrunners me parecía interesante. Y las historias de invasiones alienígenas suelen interesarme siempre. El problema de los 3 cuerpos no es una historia de extraterrestres convencional y en ella hay que estar preparado para encontrarse con lo inesperado.
A medida que iba viendo los episodios, las comparaciones con Juego de Tronos me parecían inevitables. Para empezar, algunas caras conocidas venidas de Poniente se han dejado de ver por aquí., como Lian Cunningham John Bradley West o Jonathan Pryce. Aviso para navegantes porque nos adentramos en la zona de spoilers. Ambos títulos arrancan con una ejecución. En la ficción de HBO veíamos cómo eran ajusticiados desertores de la guardia de la noche. En El problema de los 3 cuerpos en un flashback a los años 60 también asistimos a la muerte en la plaza pública de un científico chino en su país a manos la Guardia Roja durante la Revolución Cultural haber osado enseñar a Einstein. Entre el público se encuentra la hija del ajusticiado, quien más tarde será la responsable de haber contactado con los extraterrestres. ¿Hemos saltado al momento que traumatizó a Arya Stark? (y a buena parte de los seguidores de los libros de George R. R. Martin). La historia de Ye Wenjie la vamos conociendo a través de varios flashbacks a lo largo de la primera, porque la trama da un salto a nuestro presente, cuando la Humanidad está a punto de descubrir la presencia de los Trisolarianos. Una raza extraterrestre en un mundo con tres cuerpos solares, de ahí el título, que han puesto su mirada en el tercer planeta del Sistema Solar. Algunos físicos están suicidándose por todo el mundo porque las reglas de la física parecen haberse ido a pique.
La amenaza flota en el aire, como aquel socorrido «Se acerca el invierno«, que ya veíamos en la otra serie. Aunque su viaje estelar durará más de 400 años, parecen desde la distancia tener absoluto control sobre la situación. Ven todo y pueden responder eliminando potenciales amenazas a sus planes. En la Tierra, unos ven la llegada de los alienígenas como una amenaza, mientras que para otros se trata de una experiencia poco menos que religiosa. Como aquella secta del Gorrión Supremo y el Señor de la Luz a la que Cersei les enseñó eso de que un Lannister siempre paga sus deudas. Que por cierto, aquí acaban igual, pero hablaremos de ello más abajo.
La primera temporada ha servido para presentarnos a los personajes de una historia que se desarrollará de manera coral, por lo que no sabemos muy bien quién es el verdadero protagonista de la historia. Básicamente, un grupo de científicos que trabajarán en neutralizar la futura invasión. Tenemos alguna que otra muerte inesperada y hasta algún personaje que parece que va a tener un viaje parecido al que tuvo Bran Stark en la otra saga. ¿Acabará coronado rey también cuando contacte con los extraterrestres en aquella cápsula donde su cerebro surca el espacio? Eludo pone el nombre del personaje para no desvelar spoilers, pero los que ya han visto toda la temporada supongo que saben de quién hablo.
Mientras en la Tierra parece que las armas de destrucción masiva para hacer frente a la invasión no va a tener la magnitud de los dragones de Daenerys Targaryen. Son mucho más pequeños. En el quinto episodio de «El problema de los 3 cuerpos» vemos los efectos de una de esas armas devastadores en la que es una de las mejores escenas de la serie. Una de las protagonistas, Auggie Salazar (Eiza González) se ve obligada a vivir su momento Oppenheimer al tener que usar como arma lo que ella pretendía aplicar a lograr un mundo mejor. Los alienígenas en esa guerra que han declarado a la Humanidad tratan de hundirla psicológicamente recordándoles que para ellos son meros insectos. Pero como decíamos esto es cuestión de magnitud. Ya que un insecto solo puede ser insignificante, pero, en cambio, miles de insectos pueden ser igual de peligrosos actuando al unísono pueden ser igual de peligrosos que los dragones. La temporada se despide con la imagen de un gran enjambre, al igual que Juego de Tronos lo hacía con la salida de los dragones del cascarón.
La serie parece que no ha tenido de momento la audiencia que era de esperar ante un evento de estas características, a pesar de que se ha encumbrado al primer puesto de los diez títulos más vistos de la plataforma. A pesar de que se trata de una producción muy cara, otros títulos más modestos, como The Gentleman de Guy Ritchie, han logrado cifras mejores. Competir con la sombra de Juego de Tronos va a ser complicado. Los tiempos en el streaming están ya lo suficientemente convulsos para no descartar que nos puedan pegar algún que otro susto. No hay que olvidar que en el primer caso, buena parte de la audiencia se fue subiendo a medida que pasaban las temporadas. La primera temporada deja con ganas de más y esperamos que algún ejecutivo impaciente no se acabe dejando llevar por el griterío hater. En esto de las audiencias, puede que los espectadores parezcamos pequeñas hormigas para los todopoderosos ejecutivos de las cadenas. Pero, los insectos unidos podemos hacer grandes cosas.