La ley de restauración de la naturaleza se atasca a última hora entre los gobiernos europeos
Todo parecía indicar que estaba hecho, pero la decisión de un gobierno europeo –Hungría– de descolgarse a última hora del “acuerdo provisional” sobre la nueva ley de restauración de la naturaleza, avalado por los embajadores de los Veintisiete a finales de noviembre, ha colocado al borde del precipicio a la primera ley de la UE destinada a recuperar la biodiversidad perdida y los espacios naturales degradados. “Nos engañamos si pensamos que se puede ganar la lucha contra el cambio climático sin la naturaleza”, ha avisado el comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius. “Es una señal malísima”, ha añadido durante el Consejo de ministros de Medio Ambiente.
La presidencia belga de la UE ha aprovechado la reunión celebrada este lunes por los ministros de Medio Ambiente para hacer, “por transparencia”, balance sobre el estado de uno de los expedientes más polémicos de esta legislatura. Los negociadores del Consejo -con la presidencia semestral española de la UE al frente- y del Parlamento Europeo lograron un acuerdo político provisional a principios de noviembre que fue avalado unas semanas después por los embajadores de los Veintisiete, con la oposición de Italia, Países Bajos, Polonia, Finlandia y Suecia, y la abstención de Bélgica y Austria.
En el tramo final
A finales de febrero, y pese a la dura campaña en contra del Partido Popular Europeo, los ultraconservadores y la extrema derecha, la estrategia destinada a reparar al menos el 20% de los ecosistemas terrestres y marinos degradados de la UE en 2030 y todos ellos para 2050, logró superar con éxito la votación en el pleno del Parlamento Europeo. Al texto solo le quedaba por recorrer los metros finales, pero en la recta final Hungría se ha descolgado y ha permitido formar una minoría de bloqueo en el Consejo que ha impedido a la presidencia belga sumar los números necesarios para aprobar una pieza clave del pacto verde europeo.
“Lamentablemente hemos constatado que el Consejo no estaba en condiciones”, ha anunciado el ministro de Medio Ambiente belga, Alain Maron, que se ha comprometido a seguir trabajando para intentar lograr un acuerdo positivo durante este semestre. “Estamos de acuerdo con los objetivos del reglamento, pero no se garantiza la flexibilidad necesaria para su transposición. No podemos apoyar la iniciativa”, ha explicado la secretaria de Estado de Medio Ambiente de Hungría, Aniko Raisz, sobre el cambio de posición de su país.
“El acuerdo final derivado del trílogo no resulta satisfactorio. No podemos aceptar más cargas administrativas para el sector agrícola, no podemos ignorar la difícil situación en la que se encuentra. No hay que hacer las cosas con prisa sino bien”, ha argumentado la viceministra italiana, Vannia Gava, sobre los motivos de Italia de oponerse a la nueva ley. «Europa necesita una ley de restauración de la naturaleza. Por eso, los Estados miembros deben aprobarla ya», avisaba este lunes el ponente y negociador del texto de la Eurocámara, el español Césa Luena.
Enorme preocupación
El aplazamiento del voto, por falta de consenso, ha sido recibido con enorme preocupación por parte de Bruselas. “Voy a ser muy franco. Honestamente, lamento que al acuerdo provisional sobre la ley de restauración de la naturaleza no se le pueda poner hoy el broche de oro”, ha asegurado Sinkevicius, quien ha aludido a las consecuencias políticas de la falta de acuerdo y particularmente para la credibilidad y reputación de la UE. “Sin la ley de restauración no tendremos una herramienta clave para cumplir los compromisos sobre biodiversidad, para cumplir los objetivos acordados en la legislación (…) Restaurar la naturaleza y preservarla es clave”, ha añadido.
Han sido muchas las delegaciones que se han sumado al descontento expresado por la Comisión Europea sobre un acuerdo que consideran “justo y equilibrado”, y que incluye los elementos de flexibilidad que habían pedido muchas delegaciones.
«Aplazamiento lamentable»
Desde Alemania, hasta Francia, Eslovenia, Estonia o la República checa han tomado la palabra para dejar constancia de su posición. También lo ha hecho la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica de España, Teresa Ribera, quien espera que “Europa esté a la altura” y que en el último minuto alguien dé marcha atrás y respete las reglas y el acuerdo. “Me parece difícil reivindicar el valor del conocimiento, la ciencia y hacer caso omiso. No basta solo con conservación, se requiere restauración”, ha dicho.
“No fue fácil llegar a ese compromiso con el Parlamento Europeo, todos tuvimos que hacer concesiones difíciles pero el Parlamento mantuvo su palabra y lo adoptó formalmente en febrero. El aplazamiento de la adopción es lamentable, preocupante y no solo pone en peligro una serie de acuerdos sensibles si no que establece un malísimo precedente”, ha avisado también el ministro de medio ambiente de Dinamarca, Magnus Heunicke.