Irlanda conquista el 6 Naciones a cabezazos e Italia asalta Gales
La Irlanda más paquetera, al son del ‘Zombie’ de The Cramberries, sufrió para conquistar un título que logró tras ganar a Escocia (17-13). Los de verde vencieron por kilos y a cabezazos, pero no despejaron las dudas que dejaron tras su derrota ante Inglaterra en Twickenham. No habrá Grand Slam para los irlandeses, pero se debe valorar la conquista de este título en un país que hace veinte años era una comparsa en el torneo.
Italia retrató a una Gales desastrosa
Precisamente la comparsa del torneo hasta ahora, Italia, confirmó su salto cualitativo este año ganando a Gales en Cardiff, con lo que suman dos victorias (a Escocia y a los dragones) y un empate en Francia, magnífico desempeño con Gonzalo Quesada a los mandos de esta nueva azzurra. En el Principality dominaron a una Gales desastrosa en todos los ámbitos del juego. Mal en las fases estáticas y lastimosa en los despliegues de las líneas. Una vez más los de Gatland ofrecieron dos caras. Del 0-11 al descanso se pasó a un 0-18, pero luego maquillaron el marcador final con tres ensayos en el último cuarto de hora (21-24), aunque nunca estuvieron en el partido. Gales se queda con la cuchara de madera, lo que confirma que los dragones transitan por una travesía en el desierto con malas expectativas.
Pero más allá de lo de Italia, la gran noticia del torneo, el partido de Dublín confirmó las sospechas que revoloteaban alrededor de Irlanda. Los de verde, desfondados anímicamente tras la derrota en Twickers que les privó de poder enlazar dos Grand Slam, salieron a arrasar a una Escocia que lo mejor que ha tenido en el 6 Naciones ha sido su defensa. Defendieron con bravura llegando al descanso 7-6, con un solitario ensayo de Sheehan aprovechando un error de los del cardo. El equipo que mejor aprovechaba los errores rivales, Escocia, regalaba uno a Irlanda, que sacaba petróleo de ese fallo y posaba el ensayo.
Los irlandeses monopolizaron la pelota conscientes de que no podían regalar la bola a los caledonios, que no pudieron conectar a Finn Russell con un Van der Merwe muy vigilado. Los del cardo defendieron con cuerpo y alma, pero un ensayo de Porter en la segunda mitad pareció decidir el partido. Sin embargo, el monumental ensayo final de Huw Jones, que echó de menos a Tuipulotu, llegó tarde y dejó el marcador en un (17-13) final que provocará que esta noche nadie duerma en Irlanda, encadenando la fiesta del tercer tiempo del título irlandés con la celebración este domingo de San Patricio.
Ganó el más fuerte, ni el mejor ni el más resolutivo, pero en un torneo post-Mundial, este título endulza a los de la isla Esmeralda el mal trago de la eliminación de cuartos en Francia ante Nueva Zelanda. Irlanda ganó el día que Italia brilló, Escocia deja buen sabor de boca y Gales confirmó que está en ruinas.