Entre listos y JASP anda el juego
Si el fútbol es de los listos, coloco en una de las primeras posiciones al técnico del Borussia Dortmund. Desconozco si leyó el SPORT de este martes pero me juego alguna de mis uñas acrílicas -el dedo siempre me lo guardo para señalar- a que Nuri Sahin vio diana en la portada de este diario. “De Jong es mi centrocampista favorito. El Barça tiene que estar muy feliz de tener un jugador como él”, respondió el ‘mister’ alemán a un periodista catalán en la rueda de prensa previa al partido de esta noche. Listo, repito, el técnico rival al incidir en uno de los temas más dolorosos que acompaña al Barça en este inicio de temporada. No puso en el podio a la ‘perla’ culer, Lamine Yamal. No destacó a una de las ‘bestias negras’ de los que se enfrentan al conjunto blaugrana, el ‘pichici’ Lewnadowski. No aplaudió a los niños de La Masia, arte y parte de este inicio de campaña que empata al Dortmund y al FC Barccelona en la clasificación de la Champions League. No destacó el 0-4 en el Santiago Bernabeu al vigente campeón del título continental. No. Sahin tiró flores a uno de los jugadores más cuestionados del club barcelonés. Más listo que el hambre.
¿Digo hambre? La que tienen unos y otros esta noche en el feudo alemán. De la necesidad han hecho ambos virtud y los de Hansi Flick aterrizan en territorio enemigo entre loas y dudas. Venimos de una semana en la que se ha mordido poco y en la que alguno ha perdido un diente. A Dani Olmo se le espera, se le desea y se le aplaude a la par que crece el temor de saber si en enero se le habrá podido inscribir. Éste es un tema que pasa de puntillas en algunos círculos y que a mí me parece tan preocupante como ‘ocupante’, permítanme que le dé una vuelta a la definición. Caminar sobre el alambre ya no sólo es el ‘modus vivendi y operandi’ en los despachos. El juego vive sin vivir en él, a caballo entre la excelencia y la dejadez. Estamos ante un equipo que nos tiene con un corazón -grande- en un puño -pequeño- y que nos mantiene en ascuas, siempre pendientes de lo propio antes que de lo ajeno. Así nos luce el pelo, con un Betis que no cayó ni una sola vez en ese fuera de juego que sirvió para sumar muchos puntos. Los hispalenses, que acabaron empatando un partido que al Barça le supo a derrota, mostraron de nuevo la cara más amarga de un equipo que va y viene.
Si el fútbol es de los listos, también lo es de los Lamine Yamal, Cubarsí y Casadó. Si a ello unimos esa sensación que desprenden de que los entornos les afectan poco o nada -¡bendita juventud!- es posible que la caldera que es el gol sur del Signal Iduna Park se convierta para ellos en una motivación. Nuevos en estas plazas, a los jóvenes titulares del FC Barcelona les pone más la hostilidad que la amistad. Hablamos del contagio que supone una afición extrema hacia los suyos y lo que ello provoca en estos críos, a los que les va la marcha. Son los mismos que ante insultos racistas en el Bernabeu se dan la vuelta y ‘pasan’ y los que se parten la cara, se la cosen y al día siguiente ya tienen la cabeza de vuelta al tajo, valga la redundancia facial. Soy de las que cree que el oficio suma puntos en este tipo de envites pero, visto lo visto esta temporada, entre listos y JASP anda el juego.
PD: Para los y las lectoras nacidos en el siglo XXI, las siglas responden a Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados. Los hijos de la postguerra de entonces, los ‘milenials’ de hoy.