El Dépor arranca un punto ante un Granada incapaz
Granada y Deportivo empataron 1-1 en el Nuevo Los Cármenes en un partido de dominio alterno que deja a ambos con cuatro puntos pero con diferentes sensaciones porque los andaluces siguen incapaces de ganar en casa y de convencer, mientras que los gallegos tuvieron ocasiones para lograr el triunfo pero dejaron vivo al rival.
El conjunto granadino, descendido el pasado curso desde Primera, se adelantó a los 17 minutos con un gol en propia meta del hispano francés Pablo Martínez, si bien al inicio de la segunda parte, en el 48, el Dépor, recién ascendido desde la Primera RFEF, igualó gracias a un tanto del veterano delantero Lucas Pérez, que cumplirá 36 años el próximo martes.
Al Granada, que tuvo la baja de última hora del meta Luca Zidane, le funcionó al principio tanto cambiar de sistema para pasar a jugar con una línea de tres centrales y dos carrileros como revolucionar su once con siete cambios respecto al último partido, ya que desde el comienzo del encuentro dominó, generó ocasiones y no pasó apuros atrás.
Tras varias opciones de gol marradas, especialmente una clara del israelí Shon Weissman, llegó el 1-0 en el minuto 17 con un tanto marcado en propia puerta por Pablo Martínez tras desviar sobre su marco un centro de Carlos Neva, si bien ahí se acabaron las buenas prestaciones locales.
El Deportivo de La Coruña, que demostró en Los Cármenes que puede plantar cara a cualquier equipo, dominó el choque en el segundo tramo del primer periodo, aunque lo hizo con posesiones tan largas como inocuas, poniendo en apuros a Marc Martínez sólo con un cabezazo de Diego Villares a las manos del meta local.
Los visitantes volvieron de vestuarios valientes, con Mario Soriano liderando las operaciones, y tardaron muy poco en empatar en el segundo tiempo, ya que Lucas Pérez firmó el 1-1 tras una buena jugada combinativa de todo el equipo.
Sin embargo, el equipo coruñés perdonó la remontada, con claras ocasiones falladas por David Mella y Mario, ante un Granada que acabó buscando el gol del triunfo en los instantes finales con más ahínco que el rival, pero sin ideas ni fútbol.
