El Bolonia maltrata al Nápoles
El Bolonia de Thiago Motta, decidido a cerrar cuanto antes su clasificación para la próxima Champions, maltrató al malherido Nápoles, que volvió a ofrecer una actuación gris y que pelea a contrarreloj por poder entrar en los puestos europeos la próxima campaña.
Al Nápoles ya no se le exige que entre en Champions, más que nada por que es ya matemáticamente imposible. Su gente le pide no quedarse fuera de competiciones europeas y frenar la hemorragia abierta que supone ser el peor campeón de la historia de la Serie A, en la que lleva cinco jornadas sin ganar.
Y ante el Bolonia de Motta, la revelación de la temporada, si no estás al 100%, pierdes. Y así pasó. En apenas cuatro minutos de asedio absoluto, el Bolonia pasó del 0-0 al 0-2. Sentenció el partido con los goles de Ndoye, que se impuso con facilidad a su marca para rematar al segundo palo y abrir el marcador; y de Posch en un saque de esquina, de nuevo en una jugada en la que la defensa del Nápoles necesitaba concentración pero que dejó al descubierto sus debilidades.
Pudo recortar distancias Mateo Politano desde los once metros tras el penal cometido sobre Osimhen, pero la temporada del Nápoles es negativa hasta en esos pequeños detalles. Paró Ravaglia y el Bolonia fue, desde ese momento, un muro impenetrable muy superior al cuadro napolitano, desesperado viendo la racha de resultados.
Lo más probable es que el técnico, el tercero de la temporada, no siga el próximo año al haber firmado solo hasta final de curso y estar compaginando su puesto con el de seleccionador de Eslovaquia, pero el recuerdo que quedará en Nápoles no será bueno.
Ni siquiera cuando hizo todos los cambios, el Nápoles hizo el amago de ser peligroso. Ni con Osimhen, Raspadori y Simeone en el campo pudo encontrar una grieta en el sistema defensivo de un Bolonia que ya acaricia la Champions.
Porque la suya, como la del Nápoles la pasada campaña, es una temporada histórica. Está a un empate entre la Atalanta y la Roma o una victoria de los de Bérgamo para certificar su plaza.