Denuncian daños irreparables, saqueo y destrucción de zonas arqueológicas por Tren Maya
Campeche, 28 de marzo de 2024.- El historiador Felipe Echenique, el antropólogo social Juan Manuel Sandoval y el arqueólogo Fernando Cortés de Brasdefer, presentaron una Denuncia de Hechos desde el 15 de mayo de 2020 y la Carta Excitativa del 19 de julio de 2021, para que la Fiscalía General de la República investigaran la presunta destrucción “de un indeterminado número de bienes nacionales”.
De acuerdo con la revista Proceso, en el documento entregado a la FGR, con sello de recibido del 18 de enero de 2024, ampliaron aquella denuncia realizada por saqueo “institucionalizado” por el Tren Maya
En el documento señalan: “Podemos mostrar fehacientemente con fotografías, la destrucción, alteración y lo que podríamos llamar saqueo institucionalizado, dado el desmonte y tendido de vías, abertura de bancos de materiales, caminos, construcción de estaciones y ahora hasta de un hotel construído por la Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional) en medio de la Reserva de la Biósfera de Calakmul en Campeche, a unos cuantos kilómetros de la zona arqueológica del mismo nombre, y en la propia selva de Quintana Roo”.
Lamentan que la mayoría de quienes hicieron tareas de salvamento arqueológico de los diversos tramos del Tren Maya, sean estudiantes o pasantes de arqueología, a quienes no contrató el INAH sino la Sedena e incluso excavaron directamente soldados.
Se trata de un texto de 228 cuartillas, realizado por Sandoval Palacios en el marco del Seminario Permanente de Estudios Chicanos y de Fronteras de la Dirección de Estudios en Antropología Social del INAH y del Grupo de Trabajo “Fronteras, regionalización y globalización” del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales y Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio, presentado en este espacio en abril de 2022.
El documento lo actualizaron en diciembre de 2023 y “está dedicado a mostrar, mediante un registro etnográfico y fotográfico, la destrucción de un gran número de monumentos prehispánicos mayas por la construcción del trazo por donde correrán las vías del llamado Tren Maya, principalmente en el Tramo 7, de Bacalar en Quintana Roo a Escárcega, Campeche…”.
El documento reúne testimonios de trabajadores de diversas áreas como ingenieros civiles, biólogos, administradores ambientales, topógrafos, choferes de camiones de carga, operadores de maquinaria pesada, así como de ejidatarios, campesinos y gente de la comunidad, quienes fueron testigos de la “destrucción” de monumentos, estructuras y montículos.
El antropólogo Juan Manuel Sandoval registra en su diario de campo y en su estudio, como un caso de entre los muchos que documenta, que a un costado de la carretera Escárcega-Chetumal hay estructuras prehispánicas. Y a pesar de que se trata de una zona de monumentos, a un lado trazaron la ruta del ferrocarril.
Pudo observar en su visita restos pétreos arrasados por bulldozers, muchos tiestos, lascas de pedernal “e incluso una estructura arrasada en su mayor parte donde se veían algunas piedras removidas”, dijo a Proceso.
Agrega Felipe Echenique que sucede lo mismo en su trayecto al ejido Tres Garantías en Quintana Roo, donde se encuentra la Reserva Natural del mismo nombre, en la cual las imágenes fotográficas muestran un mismo basamento en diferentes fases de destrucción.
“Por ejemplo, se habla de declarar reservas naturales o parques a cargo del ejército, pero en ningún momento de establecer Declaratorias de Zonas de Monumentos Arqueológicos, toda vez que el propio director del INAH (Diego Prieto) señaló que los trabajos de salvamento descubrieron más de 20 mil basamentos, pero no se mencionan las medidas conducentes para su protección y salvaguarda”.
“Acumular material, sin etiquetar, sin bitácoras, sin mapas de georreferencia, etc., es otra manera de destrucción, pues son materiales que ya no podrán ser analizados por las siguientes generaciones”, señalan los expertos.
Los denunciantes exigen a la FGR ordenar al INAH que entregue los trabajos de salvamento a lo largo y ancho del tendido de las vías del Tren Maya y que exhiba con mapas los tramos en los cuales se desvió la ruta por vestigios relevantes y las medidas legales tomadas para su salvaguarda; visibilizar en mapas georreferenciados los lugares donde se encontraron los monumentos muebles que afirma se han salvado, y exhiba los fundamentos legales por los que la administración, bienes muebles e inmuebles, dividendos, rentas y beneficios que proporcionen tanto el Tren Maya como el del Istmo de Tehuantepec, fueron asignados al Ejército y la Marina Armada de México. Justicia incierta, los arqueólogos no cumplieron protocolos.
“Que diga el director del INAH que se encontraron más de 32 mil basamentos, está bien, pero cuáles son, la forma de protegerlos objetivamente es la declaratoria de monumentos y no han hecho ninguna”, puntualizaron al denunciar el saqueo por el Tren Maya, documentado ante la FGR.