También para el asma y las neumonías, «donde somos fundamentales cuando estas no responden al tratamiento empírico. La mayoría de las neumonías se tratan sin conocer el germen responsable , pero cuando el tratamiento no da resultados, se nos pide que tomemos muestras para identificar el patógeno, lo que demuestra la importancia de la neumología intervencionista».
La neumología intervencionista ha cambiado «radicalmente» en los últimos años. El desarrollo tecnológico ha permitido disponer de herramientas para diagnosticar procesos más complejos. Respecto al cáncer de pulmón, «cuando realizamos una tomografía de screening y encontramos un nódulo o lesión , tenemos que llegar hasta él para determinar si es tumoral», cuenta el doctor.
«Antes solo usábamos el broncoscopio y no podíamos llegar a todas las lesiones, pero ahora hemos incorporado tecnologías como el EBUS radial y la navegación electromagnética».
También «estamos incorporando la robótica, lo que mejorará aún más la precisión. La evolución ha sido muy importante en pocos años. Las nuevas técnicas, como la broncoscopia robótica , han ampliado enormemente nuestras posibilidades».
La broncoscopia se utiliza para el diagnóstico de enfermedades respiratorias / Freepik
Broncoscopia: ¿para qué sirve, duele, es peligrosa?
La broncoscopia es una prueba que se utiliza para la exploración del árbol bronquial y la obtención de muestras de secreciones (moco) o de tejido pulmonar. No obstante, es un procedimiento que también puede servir para la colocación de prótesis, la extracción de cuerpos extraños o para el tratamiento de lesiones del interior de la vía aérea.
Para la realización de la broncoscopia, con anestesia local y sedación , se introduce dispositivo en forma de tubo (broncoscopio) por la boca o la nariz, que se dirige por la laringe, la tráquea y los bronquios. Por la luz y la cámara que lleva el tubo, los especialistas pueden ver las imágenes que ofrece esta prueba en un monitor.
El desarrollo tecnológico permite mejores herramientas en la neumología intervencionista / Archivo
Esta prueba tiene una duración aproximada de 45-60 minutos y, generalmente, no requiere ingreso hospitalario. Es seguro y con un «riesgo bajo de complicaciones». Puede producir molestias leves en la garganta o fiebre tras el procedimiento que suelen remitir en menos de 24 horas.
Otro aspecto importante es qué pasa con la medicación habitual que toma el paciente. Los expertos en neumología explican que normalmente se debe suspender el tratamiento antes de la prueba, aunque esto lo debe determinar el médico en cada caso.
«Solo se puede tomar el tratamiento por vía inhalada y la medicación para control de la tensión arterial y enfermedades importantes (con muy poca agua)», recalcan desde la SEPAR.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y la Sociedad Española de Endoscopia Respiratoria (AER) acreditan las unidades. «Cada vez hay más unidades de alta complejidad en España, lo que garantiza una mejor atención para nuestros pacientes», matiza el neumólogo intervencionista.