Quién era Brad Sigmon, primer convicto en Carolina del Sur que eligió por voluntad propia ser fusilado por un pelotón

Fue en el año de 2001 cuando Brad Sigmon fue condenado a muerte por asesinar a los padres de su expareja con un bate de béisbol. Luego de 24 años, este viernes 7 de marzo, se volverá la primera persona en Carolina del Sur en ser ejecutada por un pelotón de fusilamiento desde que el método fue aprobado en julio de 2024 y el primero en quince años en los Estados Unidos de América.
Las cifras son frías, sólo tres presos desde 1976 han sido ejecutados de esta manera. En todos los casos estas ejecuciones tuvieron lugar en el estado de Utah y la última se llevó a cabo en 2010. El implicado se declaró culpable de los dos homicidios cuando su expareja terminó con su relación.
«Damas y caballeros del jurado, soy culpable. No tengo excusa para lo que hice. Es mi culpa y no trató de culpar a nadie más por esto, y lo siento», citó el medio «Greenville News».
El sujeto fue condenado a muerte. Por ello debía de elegir entre la inyección letal, el pelotón de fusilamiento y la silla eléctrica como forma de ejecución. El hombre fue puesto en un dilema al decidir cuál sería el camino por recorrer para alcanzar su muerte por el delito cometido.
Así será la ejecución de Brad Sigmon en el pelotón de fusilamiento
Gerald «Bo» King reveló a los medios de comunicación que Brad en primera instancia se había decidido por la inyección letal, sin embargo, al saber que sería doloroso y lento su muerte derivado de los medicamentos, el implicado declinó por el fusilamiento ante un pelotón.
Solo cuatro estados, además de Carolina del Sur, contemplan la muerte por fusilamiento: Idaho, Utah, Mississippi y Oklahoma, pero desde 1977 solo Utah lo ha aplicado, en tres ocasiones únicamente. A continuación te compartimos el método que tendrá el fusilamiento.
El Departamento de Prisiones de Carolina del Sur establace las siguientes condiciones para dicha ejecución derivado de una condena:
Tres miembros del pelotón de fusilamiento se sitúan tras un muro con sendas aperturas donde colocan el rifle; el condenado está atado a una silla con una capucha en la cabeza y una marca sobre el corazón a la que deben apuntar los ejecutores a la voz de ‘¡Fuego!’.
Foto: Pixabay
Fuente heraldodemexico.com.mx