Por pisar una señal de tránsito, turista vive extraños acontecimientos de pesadilla
Andrew Hopkins acudió de vacaciones a Tailandia esperando que fuera uno de los paseos que más disfrutaría; sin embargo, la estadía en el país asiático se convirtió en una pesadilla al sucederle una serie de situaciones que lo llevaron a estar encarcelado en dos ocasiones.
Andrew se hospedaba en un Airbnb en la playa Pattaya. En una noche decidió ir a dar una caminata, pero sin imaginar que tras haber chocado de manera accidental contra un cartel de tránsito, le traería una serie de desgracias, entre ellas haber recibido una golpiza por parte de policías.
Tras golpear y pisar la señal de tránsito de la casa de los vecinos, un par de policías acudieron de inmediato, los cuales ya iban furiosos y comenzaron a gritar al turista. El visitante de nacionalidad británica ofreció disculpas al hacer el gesto universal de sumisión, pero eso no fue suficiente para evitar ser arrestado.
A pesar de también ofrecer pagar el letrero de tránsito, Andrew fue llevado a una estación de policía donde su caso tuvo un giro drástico al pasar de ser llevado por pisar una señal de tránsito a ser víctima, ya que fue torturado a manos de los uniformados.
Así fue la pesadilla que vivió el turista en Tailandia
Andrew Hopkins describió que fue llevado por policías que lo colocaron en la parte trasera de una camioneta “y me encerraron en una celda durante aproximadamente 36 horas”. El hombre de 55 años de edad agregó que una persona inglesa que estaba en el lugar para indicarle lo que debía hacer.
“Un inglés que estaba allí me dijo que hiciera lo que me dijeran y que me dejarían ir. Finalmente, llegó un italiano y me dijo que tenía que pagar 360 libras esterlinas en efectivo para que me liberaran”, dijo citado por el Daily Mail. Los uniformados llevaron a Hopkins a un cajero automático para que les entregara el dinero.
De vuelta en la cárcel, Andrew pensaba que todo había terminado; sin embargo, el turista fue llevado a celdas abarrotadas donde había hormigas rojas y cucarachas, además de mujeres embarazadas esposadas a los barrotes. Tras permanecer ahí, finalmente fue liberado, pero al llegar a la casa donde se hospedaba lo esperaba otro incidente.
La segunda vez que el turista estuvo en la cárcel la describió como deshumanizante
Los dueños del Airbnb lo esperaban con hostilidad para indicarle que su reserva se había cancelado y tenía que irse, pero les pidió poder bañarse y recoger sus pertenencias. Apenas entró al hogar y percibió que algo andaba mal, había un extraño olor a químicos mientras su dinero y objetos de valor habían desaparecido. Tras ser golpeado y esposado en otro auto, lo llevaron de nuevo a la policía.
De nuevo en las celdas, Andrew Hopkins ahora fue obligado a hacer del baño sobre sí mismo. “Estoy tirado en el suelo boca arriba en un charco de agua. Necesito ir al baño. Grité pidiendo ayuda, pero nadie vino”. Ese fue el momento más desgarrador y deshumanizante de su vida, afirmó. Finalmente pudo salir de prisión y volver al Reino Unido, adolorido, estofado y vejado, indicó.
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Fuente heraldodemexico.com.mx