Muere Manuel Elkin Patarroyo, creador de la vacuna contra la malaria
Este jueves, a los 78 años, falleció en su casa de Bogotá el destacado científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo, reconocido mundialmente por haber descubierto la primera vacuna sintética contra la malaria. Fuentes familiares confirmaron que Patarroyo sufrió un paro cardiorrespiratorio, lo que causó su fallecimiento, tras varios días de quebrantos de salud.
Nacido en Ataco, Tolima, el 3 de noviembre de 1946, Patarroyo fue un pilar en la ciencia colombiana y un referente global en la investigación biomédica. Médico de la Universidad Nacional de Colombia, institución con la que estuvo vinculado a lo largo de su carrera, Patarroyo se destacó por su incansable dedicación al estudio de enfermedades tropicales y su contribución al desarrollo de la salud pública mundial.
Su descubrimiento más reconocido fue la creación de la primera vacuna sintética contra la malaria, un avance significativo en la lucha contra una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente en África, Asia y América Latina. En 1987, Patarroyo presentó la fórmula de esta vacuna, que tuvo un 40 por ciento de eficacia en su fase inicial.
Aunque la vacuna no logró la efectividad esperada a largo plazo, su creación fue un hito histórico, pues marcó el inicio de una nueva era en la investigación y desarrollo de vacunas sintéticas. En un gesto de generosidad, Patarroyo donó la patente de la vacuna a la Organización Mundial de la Salud (OMS), para que fuera distribuida de manera gratuita como un regalo a la humanidad.
Créditos: Archivo El Heraldo de México
La trayectoria de Patarroyo
A lo largo de los años, Patarroyo continuó perfeccionando su creación en la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (Fidic), que él mismo fundó y dirigió. Su labor en la investigación no solo se limitó a la malaria, sino que también incluyó el desarrollo de otras vacunas y tratamientos para enfermedades tropicales, siempre con el objetivo de generar conocimiento científico y mejorar la salud de las poblaciones más vulnerables.
El legado de Patarroyo no solo se mide por su descubrimiento, sino también por su incansable labor pedagógica. Fue profesor en la Universidad Nacional de Colombia desde 1972, un año después de haberse graduado, y dedicó gran parte de su vida a formar nuevas generaciones de investigadores científicos. A través de su trabajo, Patarroyo inculcó en sus estudiantes y colegas el valor de la ciencia como motor de desarrollo y progreso para el país.
Durante su trayectoria, Patarroyo recibió numerosos premios y distinciones que reconocen su aportación a la ciencia. Entre ellos destacan el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1994, el Premio Robert Koch, considerado uno de los más prestigiosos en el ámbito científico, y el Premio León Bernard de la OMS, también en 1994.
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Fuente heraldodemexico.com.mx
