Un Barça preparado para todo
Quien pensase que no tendríamos momentos complicados a lo largo de la temporada, estaba equivocado, ni siquiera, en agosto, hubiésemos pensado estar arriba de todo de la clasificación en La Liga y cerca de la cima en la nueva liguilla europea de la Champions League.
Los equipos competitivos, los que pueden ganarlo todo, son esos que salen de los baches de manera solvente, y este año las cosas han cambiado: los fuegos se apagan con partidos como los de esta noche, dejando atrás el mal juego y los malos resultados de San Sebastian y Vigo, jugando un partido de Champions con el control absoluto del juego y el resultado.
Lo positivo a comentar se acumula viendo el nivel de este equipo, y aun siendo repetitivos, jugar así con chavales de la casa como Casadó, Cubarsí, Olmo y compañía hace pensar que la buena dinámica futbolística no solo crecerá, sino que permanecerá por mucho tiempo. Flick es el culpable e inventor de este éxito, el alquimista que ha sabido mezclar y añadir a la perfección los ingredientes necesarios para que surja la verticalidad y florezca el buen físico de la plantilla. Parecemos otro equipo, un equipo preparado para competir por todo y ganarlo todo. Algunas de las cosas a comentar de forma quizás no tan positiva es la ausencia de la grada de animación, en un estadio ya de por si frío, si perdemos a los que animan de principio a fin, los partidos en Barcelona parecerán un entierro. Un equipo como el Barça no puede permitírselo, menos aún en este momento de resurrección. Por otro lado, los pitos de algunos a Frenkie De Jong no aportan nada y, siendo verdad el bajo nivel del holandés, la hostilidad no es solución alguna, al contrario. El Barça encarrila la clasificación europea jugando a un alto nivel, marcando tres goles y con la ilusión en la culerada intacta. Este año, finalmente, promete diversión.