Sería un gran error que Lamine o Cubarsí jugaran Eurocopa y Juegos Olímpicos
Bojan nos recibe en las oficinas de Planeta, editora de ‘Controlar lo incontrolable’, libro en el que el ex futbolista se vacía explicando todo lo que sufrió a nivel mental durante su etapa profesional. Es, en el fondo, la ampliación de lo visto en ‘Más allá de la sonrisa’, documental con el que puso punto y final al silencio. El destino le ha llevado a una posición en el Barça desde la que debe gestionar la irrupción de jóvenes futbolistas en el primer equipo.
Como coordinador del Área de Fútbol, tiene la responsabilidad, no solo de realizar un seguimiento a los cedidos, algunos de ellos canteranos, sino también de estar muy atento a quienes empiezan a aparecer en la primera plantilla o incluso consolidarse en ella. Pocas personas tienen la experiencia de Bojan para ello porque explotó en el Barça de Frank Rijkaard con solo diecisiete años. Lo ha vivido en primera persona y no fue fácil, tal y como explica en su libro.
¿Cuándo se dio cuenta de que tenía un problema?
Con todas esas situaciones que eran nuevas para mí:_cuando me voy de Barcelona, cuando paso a ser un personaje público… Todo aquello que mi cuerpo no toleraba y me generaba ansiedad. Ahí tienes que aceptar tu debilidad y afrontarla.
¿Sus problemas perjudicaron su trayectoria como futbolista?
No sé si perjudicado, condicionado… No lo veo así, me quedo con que ninguna de esas situaciones fue un freno ni un impedimento para progresar. Cuando digo que me siento orgulloso de lo hecho y vivido es porque lo he hecho superando estas situaciones. No me he rendido ni me han ganado.
Bojan, Ricky Rubio, Iniesta… ¿Casos aislados o la punta del ‘iceberg’?
Bueno, son situaciones que pueden vivir deportistas o gente que no lo es. Lo que pasa es que cuesta exteriorizarlo porque parece que puede ser un impedimento para tener oportunidades de crecimiento.
¿Explicar lo que le pasaba podía ser un freno en su carrera?
Realmente yo no lo veía así, pero sí que me lo hacían ver así, que exteriorizar estas situaciones podía ser una limitación. Yo no lo veo así, ni lo siento así, ni cuando era jugador ni ahora que a lo mejor me toca decidir si incorporar a un jugador o no que quizá se encuentra en una situación así. Es un proceso que tiene fin y se puede gestionar, como una lesión muscular. Hay que empatizar con las personas.
Nadie empatiza más con ellos que usted.
Es importante hacerlo. No podemos olvidar que estos jugadores, cuando están en el campo, son hombres y demuestran una personalidad y forma de competir muy altas, pero fuera son niños. Y esto no es un esprint de cien metros, sino una maratón y hay que acompañarlos para que recorran los máximos kilómetros posibles.
¿Qué piensa viendo a Lamine Yamal o a Cubarsí a ese nivel?
Ver a Pau, a Lamine, a Héctor Fort, a todos estos chicos cuando suben y rinden bien… Marc Guiu… No me sorprende. Ahora estoy en el Cadete A sacándome el carnet de entrenador y ves a niños de 15 y 16 años que tienen un talento muy grande. Como en el Juvenil o el filial. Que debuten y lo hagan bien no me sorprende, pero no nos tendríamos que focalizar en el momento en el que están, sino en que ese momento dure muchos años. Es el objetivo que debemos asumir entre todos.
¿Cómo?
Bueno, esto es el trabajo del día a día, sobre todo de gestión. Por parte del entrenador y de su staff, del club, del entorno, de los agentes, la familia, de la Federación. Por ejemplo, este verano tenemos dos eventos importantes, la Eurocopa y los Juegos Olímpicos, y sería un gran error convocar a alguno de estos jugadores para las dos competiciones. Entre todos tenemos que ser conscientes del gran desgaste que supone después de la temporada, que ya implica jugar muchos partidos. Son muchas personas en muchos ámbitos las que tenemos que entender que son niños, jugadores que se están formando, y lo que hay que intentar es que puedan jugar muchas Eurocopas y muchos Juegos Olímpicos.
¿Han hablado con la RFEF?
Sé que ha habido conversaciones, pero desconozco cuál es la intención y si ya hay decisión final.
¿Se corre el riesgo de quemarles?
No es eso, sino que son gente joven y a nivel emocional han vivido cambios importantes en su vida desde hace poco tiempo. Ir a la absoluta es ya un éxito, como jugar en el primer equipo del Barça. Y jugar una Eurocopa o unos JJOO también lo es, pero no podemos meterlo todo en un espacio que considero que ya está muy lleno. Por el bien del jugador y de la persona.
Y a ellos, ¿cómo se les frena?
Mi papel es dar mi opinión y hacerles ver, ya sea a los jugadores o al cuerpo técnico, o a directores deportivos, que este no es un tema en el que el jugador deba tener capacidad de decisión. Ir a una Euro o a los Juegos Olímpicos es algo fantástico, pero en esta vida no se puede tenerlo todo. Hay que hacerles ver que estar en una u otra competición ya tiene mucho merito y mucho valor.
¿Nota en esta nueva hornada un cambio generacional a nivel de mentalidad?
Es una obviedad que los jugadores jóvenes ven que las puertas del primer equipo están más cerca de lo que estaban. Es una realidad y esto lo que hace es que, a día de hoy, entre todos tengamos que seguir dándole valor a lo que es el Cadete del Barcelona, el Juvenil B, el Juvenil A y el filial.
¿A qué se refiere?
Obviamente, estar en la primera plantilla es un lugar idílico y privilegiado, pero estar en el Juvenil del Barcelona también lo es. Y todos esos equipos forman parte de un proceso de aprendizaje necesario. Y que por muchos casos, o varios casos que haya de jugadores que, siendo juveniles, hayan saltado al primer equipo directamente, ese no es el único camino. Hay otros caminos y tiene mucho valor poder pertenecer al Barcelona.
¿El éxito del Barça depende, en gran medida, de un alto porcentaje de canteranos en la primera plantilla?
El Barça se ha caracterizado siempre por ello. Por eso hay muchos jugadores que quieren venir al Barcelona siendo jugadores jóvenes. Porque ven que realmente no se les vende una historia que no es real. Hay muchos que están viendo que, viniendo en edad cadete o siendo juveniles, pueden tener opciones reales de llegar al fútbol profesional en un equipo como el Barcelona. Y eso tiene que seguir siendo así. Hay que seguir apostando por el fútbol base del Barcelona, en el que se está trabajando muy bien a nivel de jugadores y de toda la estructura.