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Violencia Desenfrenada en Quintana Roo: Confrontación entre «Los Caborca» y «Los Chapitos» Saca a la Luz una Ola de Crímenes

CHETUMAL, 1 de noviembre. – El paisaje de cadáveres envueltos en bolsas en las calles, avenidas y parajes de la capital de Quintana Roo se ha vuelto una imagen alarmantemente frecuente, todo esto como resultado del enfrentamiento entre el Cártel de Caborca y «Los Chapitos» por el control de la región.

Lo que solía ser una ciudad provincial y apacible se ha convertido en un recuerdo lejano debido a la complicidad de las autoridades estatales de seguridad con el crimen organizado, un problema que ha persistido desde la administración de Roberto Borge hasta la actual de Carlos Joaquín.

Estos acuerdos se han forjado mediante sobornos millonarios, y la falta de cumplimiento de los mismos ha desatado una ola de violencia en Chetumal, que alguna vez fue conocida como la joya olvidada de la frontera mexicana.

Los secuestros y ajustes de cuentas son un acontecimiento diario para los habitantes de Chetumal, y a pesar de las directrices de los medios de comunicación de reducir la cobertura de la narcoviolencia en el estado, la situación no presenta indicios de mejoría.

Una escalofriante experiencia vivida por un anciano ilustra esta cruda realidad. Durante la mañana del 31 de octubre, hizo el macabro hallazgo de un cuerpo tendido en una zona de maleza en la colonia Nuevo Progreso, en la calle Camino al Cielo.

El cuerpo se encontraba en avanzado estado de descomposición y estaba envuelto en bolsas negras atadas con cinta, yacía boca abajo en un área de maleza, y se hizo el hallazgo cerca del panteón Campo de Recuerdo. La zona estaba impregnada de un fuerte hedor a descomposición que alertó al hombre que intentaba salir de la colonia en su triciclo.

Todavía no se cuentan con detalles sobre los posibles responsables que dejaron el cadáver en esa zona de la ciudad, y las autoridades de seguridad no han proporcionado información oficial acerca de la identidad de la persona fallecida. Sin embargo, existen conjeturas de que podría tratarse de Daniel Flores, quien fue secuestrado el 23 de octubre junto a su hijo, que ya fue encontrado con vida en la colonia Payo Obispo, a unos 2.5 kilómetros de donde se localizó el cuerpo.

Testigos en el lugar informaron que el cuerpo desprendía un intenso olor a descomposición, lo cual llamó la atención del hombre que reportó el hallazgo. Los agentes de la Fiscalía General del Estado se presentaron en el lugar y procedieron al levantamiento del cadáver. En un primer vistazo, no se pudo identificar a la víctima en el sitio, y presentaba claros signos de descomposición debido al tiempo transcurrido desde su fallecimiento, además de mostrar indicios de violencia.

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